Desde que me hago fotografía de bodas en Madrid a (principios de los años 90), aunque comencé antes como aprendiz; he tenido una pequeña experiencia de lo que es ser una novia buscando al fotógrafos de bodas en Madrid.
Comencé sin conocer absolutamente a nadie en la industria de la boda excepto a mi primer mentor.
Cuando dejé mi trabajo para ser fotógrafo de bodas a tiempo completo, me senté en mi escritorio todo el día sintiéndome aburrida y sola.
Cada vez que tenía una decepción comercial, no tenía a nadie que me ayudara a hablar sobre ello. Cuando necesitaba un nuevo equipo que en aquel entonces era más sencillo que ahora; buscaba reseñas en revistas especializadas para ver lo que la gente decía ya que no existía internet.
Pasaba tanto tiempo sola que me dolía la mandíbula por no hablar todo el día.
Traté de conocer gente. Asistí a algunos eventos de fotografía, pero me resultó difícil conectarme con la gente a través de cócteles y tarjetas de visita.
Al final, simplemente me presenté a gente ya que tengo ese don y conseguí tener varios fotógrafos de bodas de Madrid a mi alrededor que parecían personas amables y genuinas.
Así como conocí a muchos fotógrafos que hoy en día siguen siendo amigos y colegas de la industria fotográfica.
Con el tiempo surgieron las asociaciones de fotógrafos, que dicho sea de paso, menos mal que han evolucionado, porque los principios fueron un tanto nefastos..
Me encanta charlar y hablar sobre las personas y las cosas que disfruto, así años después con una carrera curtida, comencé asistir a los “nuevos talleres profesionales”.
Está claro que cada uno tiene su estilo y de todo el mundo podemos aprender algo, así que ni corta ni perezosa me decidí a modernizar mi formación.
Años atrás no existía el retoque por ordenador ni Photoshop ni toda la parafernalia que ahora debemos tener para seguir trabajando.
En aquel entonces te echabas unos rollos de película en la bolsa y tu batería de bandolera para el flash cargada y eras la emperatriz de la fotografía.
Ser aprendiz de fotografía de bodas en Madrid
Como norma general aprendías fotografía siendo eso, aprendiz y poco a poco ibas descubriendo sus secretos, a dibujar con la luz a colocar el flash donde debía estar.
Después de una jornada de trabajo dura, solo tenías que entregar los carretes en el laboratorio. Al día siguiente recibías tus copias en el tamaño elegido sin pasarte horas delante de un ordenador revelando y retocando.
Ahora resulta que después de hacer tu trabajo, aun quedan interminables horas no solo de revelado y retoque, si no que además tienes que maquetar un álbum digital.
A todo esto tienes que sumar una feroz competencia que hay entre los fotógrafos de bodas en Madrid y también porque no decirlo, una brutal competencia desleal dentro del sector.
¿Seguro que son fotógrafos de bodas?
Hay de todo, taxistas fotógrafos, fontaneros fotógrafos y todo tipo de fotógrafos de bodas en Madrid. Ni lo son ni lo van a ser, solo tiran por tierra el trabajo de los demás, los precios y por supuesto la emoción de los novios cuando les llega el trabajo; madre mía, más de una vez me hubiese gustado ver sus caras, pero como norma general, uno tiene lo que paga.
Y precisamente muchos novios/as son especialistas que querer algo baratito o una rebajita sin darse cuenta de lo que están haciendo. Pero para esa labor ya estamos nosotros.
Todo esto viene a colación de los talleres profesionales en los que me sorprende que no saben manejar un flash, con la escusa de que la luz natural es mejor, que lo es, pero has cierto punto.
Por otra parte el secretismo. Antiguamente un fotógrafo te enseñaba lo que sabía, solo estaba en ti aprender y utilizar esos conocimientos.
Ahora no, ahora no te quieren contar nada y si te dicen algo es siempre previo pago de unas cantidades, que no son precisamente de compañero a compañero. Otra cosa más a sumar en el precio de las bodas.
Cuando comencé a principios de los 90 no pensé que nos íbamos a americanizar hasta este punto en la fotografía de bodas profesional, y a día de hoy, pienso que esto solo acaba de comenzar.
Da igual si eres un fotógrafo de bodas de Madrid, de Toledo o de cualquier capital; como si eres de una pequeña población como Illescas o de una más grande como Rivas Vaciamadrid; al final la gente te juzga por los seguidores que tengas en Instagram, las visitas a tu web o los “me gusta” en Facebook.
Me parece terrible que cualquier profesional de cualquier gremio tenga que estar justificando de forma continua su trabajo, para al final ser juzgado por semejantes tonterías.
No somos Spielberg, somos fotógrafos de bodas.
Con los vídeos de bodas en Madrid al menos, pasa algo semejante. Prácticamente tienes que ser director de cine y además ser extremadamente barato.
Ya no vale con mantener un recuerdo bien hecho y bien presentado, ahora los novios que se van a casar quieren guiones de películas. Y tan solo para poder publicarlo en las redes sociales y que parezca que su vida es de fantasía eso si, a precio de coste.
Y perdonarme que lo diga, pero lo que más daño nos hace a los fotógrafos de Bodas de Madrid, Toledo y del mundo entero como a otras muchas industrias, son los “cuñaos”.
Esos «cuñaos» de «Tranquila que esto lo arreglo yo» o «No te preocupes que yo lo encuentro más baratito».
En definitiva, si quieres un buen fotógrafo de Bodas en Madrid, no le regatees y valora su trabajo.
Y nunca le juzgues por no comprar seguidores en instagram, ese no es su trabajo.
No somos ni guionistas de cine ni Spielberg, somos fotógrafos de bodas.
Si después de lo expuesto, aun quieres compartir conmigo el día de tu boda, no dudes en ponerte en contacto, que con mucho gusto te atenderé.
También te invito a seguirme en mi canal de youtube en el que de vez en cuando publico alguna cosilla interesante sobre la fotografía de bodas.